La propia fragilidad

El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida. Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una lucha «contra los Dominadores de este mundo tenebroso» (Ef 6, 12), en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal.

Benedicto XVI

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Nuestra debilidad... caer una y otra vez... y levantarnos seguros de su Misericordia...intentar resistir mirando a Cristo victorioso...
Gracias.
Anónimo ha dicho que…
La Gracia a nadie le ha de faltar. Confiemos, pues, en que Él que ha vencido a satanás, nos auxiliará con todo lo necesario para que con, en y por Él venzamos también. Y siempre de la mano de María Inmaculada. Y si cayéramos...podemos pedir perdón y reconciliarnos con Él. ¡Lo tiene todo previsto!
¡Es genial nuestro Dios!
Un abrazo, linda.
;o)
Anónimo ha dicho que…
Que el Señor nos conceda la gracia de abandonarnos en ÉL y confiar siempre en ÉL en todo momento mil gracias unidas en oración
María Jesús ha dicho que…
me gustaría leerte con más frecuencia. Hoy sí he podido.
Un abrazo

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