El Adviento y la alegría
La alegría debe ser
un distintivo del cristiano. La alegría cristiana nace de la
profunda convicción de que en Cristo, el Señor, el pecado y la muerte han sido
derrotados. Por eso, al ver que El Salvador está ya muy cerca y que el nacimiento
de Jesús es ya inminente, el pueblo cristiano se regocija y no oculta su
alegría. Nos encaminamos a la Navidad y lo hacemos con un corazón lleno de
gozo. Sería excelente que nosotros recuperáramos la verdadera alegría de la
Navidad. La alegría de saber que el niño Jesús, Dios mismo, está allí por
nuestra salvación y que no hay, por muy grave que sea, causa para la
desesperación. De esta alegría del corazón nace todo lo demás. De aquí nace la
alegría de nuestros hogares. De aquí nacen la ilusión y el entusiasmo que
ponemos en la preparación del nacimiento, el gozo de los cantos natalicios tan
llenos de poesía y de encanto infantil. Es justo que estemos alegres cuando
Dios está tan cerca. Pero es necesario que nuestra alegría sea verdadera, sea
profunda, sea sincera. No son los regalos externos, no es el ruido ni la
vacación lo que nos da la verdadera alegría, sino la amistad con Dios. ¡Que
esta semana sea de una preparación espiritual, de un gozo del corazón, de una
alegría interior al saber que Dios, que es amor, ha venido para redimirnos!
Esta preparación espiritual consistirá, sobre todo, en purificar nuestro
corazón de todo pecado, en acercarnos al sacramento de la Penitencia para pedir
la misericordia de Dios, para reconocer humildemente nuestros fallos y resurgir
a una vida llena del amor de Dios.
Comentarios
un abrazo
Feliz y santa Navidad! mis mejores deseos. Un abrazo.
¡Feliz y santa Navidad!
Un beso.