Corpus Christi


Todo fue así:

tu voz, tu dulce aliento sobre un trozo de pan que bendijiste,

que en humildad partiste y repartiste haciendo despedida y testamento.

¡Qué prodigio de amor!

Porque quisiste diste tu carne al pan

y te nos diste Dios, en el trigo para sacramento.

Y te quedaste aquí, patena viva;

virgen alondra que le nace al alba de vuelo siempre y sin cesar cautiva.

Hostia de nieve, nube, nardo, fuente;

gota de luna que ilumina y salva.

Y todo ocurrió así sencillamente.

*****

Sencillamente, como el ave cuando inaugura, de un vuelo, la mañana.

Sencillamente. Hora de paz.

Y era en Jerusalén la primavera.

Y era blanco milagro ya aquel trigo.

Sencillamente: “Este es mi cuerpo”. Y era. 




Comentarios

Camino ha dicho que…
Gracias.

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