Divino nacimiento
Hay gente que engendra a Nuestro Señor espiritualmente así como su madre lo engendró corporalmente. [...] están en la tierra, pero su casa está en el cielo.
El Padre engendra a su Hijo en la eternidad igual a sí mismo. [...] Todavía digo algo más: él lo ha engendrado en mi alma. [...] El Padre engendra a su Hijo en el alma de la misma manera en que él la engendra en la eternidad.
Quien busca a Dios sin modo, lo comprende tal como es en sí mismo. [...] Quien durante mil años preguntara a la vida: "¿por qué vives?", si pudiera responder no diría otra cosa que "vivo porque vivo". La vida [...] vive sin porqué.
Mientras el alma está empleada con fervor en esta búsqueda, una estrella se levanta ante sus ojos. Algo que brilla, eso es la estrella. Luz que habla al corazón indicándole el lugar del divino nacimiento, que la razón por sí sola jamás podría descubrir.
No es posible para el alma penetrar por sus propias fuerzas y descubrir el misterio. Es preciso que la luz irradiada por el Verbo nos guíe hasta ver qué es y dónde está.
[...] Cuando esta luz pura nos penetra, toda imagen, forma y figura se disipan. Entonces aparece claramente el divino nacimiento.
Comentarios
Gracias.
¡Feliz y santa Navidad!
Un gran abrazo, querida amiga.