Yo soy la VIDA

Cuando, en el quinto domingo, se proclama la resurrección de Lázaro, nos encontramos frente al misterio último de nuestra existencia: «Yo soy la resurrección y la vida... ¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). Para la comunidad cristiana es el momento de volver a poner con sinceridad, junto con Marta, toda la esperanza en Jesús de Nazaret: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo» (v. 27). La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en él. La fe en la resurrección de los muertos y la esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres, a su existencia personal y a su vida social, a la cultura, a la política, a la economía. Privado de la luz de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin esperanza.
Benedicto XVI

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que maravilla de texto.
Las palabras del Papa siempre llegan al corazón y este pasaje del evángelio de hoy es la fuente de la esperanza para los que deseamos esa vida nueva tras nuestra muerte al mundo.
Gracias, un abrazo.
Angelo ha dicho que…
La última frase es la realidad que experimentamos cuando en nuestra entra en la oscuridad. Más nosotros seguimos siempre caminando en busca de la luz, esa que sabemos EXISTE y ESTÁ.
Un abrazo y mi oración diaria

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