Creo en Dios Padre
Quisiera
reflexionar con ustedes esta vez sobre la primera y fundamental definición de
Dios que el Credo nos presenta: Él es Padre. (…)
La
paternidad de Dios es, pues, infinito amor, ternura que se inclina sobre
nosotros, hijos débiles, necesitados de todo. El salmo 103, el gran himno de la
misericordia divina, proclama: "Como un padre es tierno con sus hijos, así
el Señor es tierno para con los que le temen, porque sabe bien cómo están
formados, se acuerda de que somos polvo" (vv. 13-14). Es nuestra pequeñez,
nuestra débil naturaleza humana, nuestra fragilidad que se convierte en un
llamado a la misericordia del Señor, para que se manifieste la grandeza y
ternura de un Padre que nos ayuda, nos perdona y nos salva. (…)
Como
Padre, Dios quiere que seamos sus hijos y que vivamos como tales en su Hijo, en
comunión, en plena intimidad con Él. Su omnipotencia no se expresa en la
violencia, no se expresa en la destrucción de todo poder adverso como
quisiéramos, sino que se expresa en el amor, en la misericordia, en el perdón,
en la aceptación de nuestra libertad y en la incansable llamada a la conversión
del corazón; en una actitud aparentemente débil --Dios parece débil si pensamos
en Jesucristo orando, que se deja matar. (…)
Solo
quien es realmente poderoso puede soportar el mal y mostrarse compasivo; solo
quien es verdaderamente poderoso puede ejercer plenamente el poder del amor. Y
Dios, a quien pertenecen todas las cosas, porque todas las cosas fueron hechas
por Él, revela su fuerza amando todo y a todos, en una paciente espera de la
conversión de nosotros los hombres, que quiere tener como hijos. Dios espera
nuestra conversión. (…)
Es
así que cuando decimos "Creo en Dios Padre Todopoderoso," expresamos
nuestra fe en el poder del amor de Dios, que en su Hijo muerto y resucitado
vence el odio, la maldad, el pecado y nos da vida eterna: aquella de los hijos
que quieren estar siempre en la "Casa del Padre". Decir "Creo en
Dios Padre Todopoderoso", en su poder, en su modo de ser Padre, es siempre
un acto de fe, de conversión, de transformación de nuestros pensamientos, de
todo nuestro amor, de todo nuestro modo de vida. (…)
Comentarios
Gracias por tu reflexión.
Un abrazo
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