Cuaresma 2013
Dios nos habla de muchos modos y maneras, hay que saber escuchar. En este inicio de cuaresma, algo nos ha querido decir el Señor con la renuncia del Papa Benedicto XVI. Me parece muy acertado el análisis que hace Bruno Moreno y lo comparto. Será un modo magnífico de vivir esta cuaresma del Año de la fe.
BRUNO MORENO
"En cuanto se ha hecho pública la
noticia de la renuncia de Benedicto XVI, se han disparado los análisis sobre
las causas y, sobre todo, sobre las consecuencias de su decisión. A mi
entender, la renuncia
del Papa es, ante todo, una llamada.
Una llamada a la conversión. Porque hoy, como todos los demás días, la conversión es el
asunto más importante para cada uno de nosotros. En ese sentido, es una
bendición que esto suceda cuando va a llegar la Cuaresma. Si vemos algo tan
llamativo como el abajamiento de un Papa que renuncia a su cargo y pide perdón
públicamente por sus defectos, quizá sea un signo de Dios para que nosotros,
por fin, nos convirtamos.
Una llamada a poner los ojos en Cristo. Sólo Él es nuestro Señor. El Papa, como el último de los
monaguillos, debe disminuir
para que Él crezca. Los papas, como Vicarios de Cristo, prestan su
servicio por un tiempo, hasta que mueren o renuncian, pero Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y
siempre.
Una llamada a dar gracias al
cielo, como ha hecho el propio Papa en su anuncio.
Grandes han sido las obras de Dios durante su pontificado y durante su servicio
anterior como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Por su
medio, Dios nos ha otorgado muchas bendiciones. Incluso debemos darle gracias
por esta renuncia, aunque nos duela, porque todo
sucede para el bien de los que aman a Dios. El cielo nos regaló un
papa estupendo y ahora nos deja sin él. El
Señor nos lo dio, el Señor nos lo quitó. Bendito sea el nombre del Señor.
Una llamada a amar a la
Iglesia. No me cabe duda de que el gesto
del Papa es un acto de amor a la Iglesia, para servirla como mejor cree que
puede hacerlo en su debilidad. Que Dios nos conceda a todos ese mismo amor
humilde a la Iglesia.
Una llamada a contemplar las
cosas sub specie aeternitatis, desde el punto de vista de la eternidad. La Iglesia es tan antigua y nuestros proyectos humanos tan
efímeros que la renuncia del papa se llama propiamente abdicación, porque la
última vez que un papa renunció, también estaba abdicando como Rey de Roma y de
los Estados Pontificios. Fue hace medio milenio. Quizá esto deba hacernos
pensar que lo que importa es el plan de Dios y no nuestros planecillos y
proyectos.
Una llamada a pensar como
Dios y no como los hombres. El mundo sólo
se fija en el poder. Por eso no entendió que Juan Pablo II permaneciera en su
puesto en la humillación de su debilidad y tampoco entiende ahora que Benedicto
XVI no se aferre al poder. El cristiano ve las cosas de otra forma. Lo que Dios quiera, como Dios quiera,
cuando Dios quiera.
Una llamada a la fe y a la
confianza en Dios. ¿Quién será el próximo
papa? Muchos se lanzarán a maquinar, a sembrar inquietud, a hacer quinielas
políticas de progresismo o conservadurismo. Otros sentirán miedo, temiendo que
el próximo papa no sea el que consideran apropiado para la Iglesia. Nada de
esto suceda entre nosotros. No sabemos quién será el próximo Papa, pero podemos
confiar en Dios, porque las
puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia. Con
Benedicto XVI, suplicamos a María, la Santa Madre de Dios, que asista con su
materna bondad a los Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice.
Una llamada, finalmente, a
orar por nuestro hermano Benedicto. Cuando se haga
efectiva su renuncia, se dedicará a la oración y la contemplación y seguirá
dando así la vida por Jesucristo y por la Iglesia. Dios le bendiga
abundantemente y le sostenga en su vejez, en el camino hacia el cielo."
Comentarios
La felicito. Un abrazo.
Bendiciones!!!
El último gesto de Benedicto XVI como Papa ha venido a corroborar lo que su vida entregada ha testimoniado desde que ocupó la silla de Pedro: la inmensa libertad interior de un hombre coherente con una inteligencia privilegiada puesta al servicio del Señor; la humildad tan desacostumbrada a la que nos ha tenido acostumbrados sin que apenas lo advirtiéramos; la valentía del que hace lo que en conciencia cree que tiene que hacer a pesar de todos los pesares.
En fin, nuestro queridísimo Papa, sin escritos ni discursos nos ha mostrado una vida "ocupada" real y verdaderamente en lo único necesario. ¡¡¡Gracias, Santo Padre, por mostrarnos la riqueza de una vida que ha elegido la mejor parte!!!