2 febrero 2017
"La
alegría de la vida consagrada pasa necesariamente por la participación en la
Cruz de Cristo. Así fue para María Santísima. El suyo es el sufrimiento del
corazón que se hace todo uno con el Corazón del Hijo de Dios, traspasado por
amor. De aquella herida brota la luz de Dios, y también de los sufrimientos, de
los sacrificios, del don de sí mismos que los consagrados viven por amor a Dios
y a los demás se irradia la misma luz, que evangeliza a las gentes."
Comentarios
Feliz día para ti y para todas las hermanas.
Un gran abrazo.