Pascua 2020

El Cristo que celebramos resucitado “no es un mero optimismo, no es una palmadita en la espalda o unas palabras de ánimo de circunstancia” es el mismo que conserva los agujeros de los clavos y del costado, el que te dice: mete tu mano y pon tu dedo en mis llagas. Porque no celebramos a un Dios superhéroe que se ahorró la muerte, el dolor y el sacrificio, sino un Dios hecho hombre, que entró en el sepulcro para vencer la muerte para siempre, para sacar vida del dolor y sostenernos en la noche quedándose a nuestro lado para siempre. “Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.”

Por eso hoy es Pascua, por eso cantamos ¡Aleluya! ¡Alegría! Por eso sonreímos, con lágrimas en los ojos, es verdad, pero con el corazón colmado de la Paz que solo él nos puede traer en medio de esta realidad que hoy nos toca vivir. No cedamos ante la tentación. “En esta noche conquistamos un derecho fundamental, que no nos será arrebatado: el derecho a la esperanza; es una esperanza nueva, viva, que viene de Dios. La esperanza de Jesús es distinta, infunde en el corazón la certeza de que Dios conduce todo hacia el bien, porque incluso hace salir de la tumba la vida.

"Nosotros, peregrinos en busca de esperanza, hoy nos aferramos a Ti, Jesús Resucitado. Le damos la espalda a la muerte y te abrimos el corazón a Ti, que eres la Vida."

Resucitó el Señor, por eso, santa y feliz Pascua 2020