Epifanía del Señor
La estrella se detuvo sobre el lugar en que se encontraba el
Niño. Al ver la estrella de nuevo, los Magos se llenaron de inmensa alegría.
Acojamos también nosotros en nuestro corazón ese gran gozo. La misma alegría
anuncian los ángeles a los pastores.
Adorémosle junto con los Magos, démosle gloria con los
pastores, exultemos con los ángeles, «porque nos ha nacido un Salvador: Cristo,
el Señor» (Le 2,11). «Dios, el Señor, es nuestra luz» (Sal 118,27): no en la
forma de Dios, para no aterrorizar nuestra debilidad, sino en forma de siervo,
para traer la libertad a quien yacía en la esclavitud. Es fiesta para toda la
creación: el cielo ha sido dado a la tierra, las estrellas miran desde el
cielo, los Magos dejan su país, la tierra se concentra en una gruta. No hay uno
que no lleve algún presente, ninguno que no vaya agradecido.
Comentarios
Gracias.
¡Feliz y santa Epifanía!
Muchos besos, querida amiga.