Santa María. Agosto y el descanso.
María, préstanos tus ojos para vivir el descanso. ¡El descanso!, que no es lujo y sí oportunidad de abrir ventanas cerradas mucho tiempo y dejar libres tantas posibilidades prisioneras. ¡El descanso!, que limpia nuestros ojos para ver lo de cada día: la calle, a las gentes, la vida; que recrea las energías agotadas. ¡El descanso!, “noche sosegada..., música callada, soledad sonora”; anuncio en el corazón de la venida de Dios.
Tú, María, aprendiste a descansar en las manos de Dios. Estabas contigo y con El y eso es descanso profundo. No te rompieron por dentro los problemas, ni las prisas, ni la cruz. La confianza te ayudó a vivir unificada, serena. Entendiste que la vida no es una carrera alocada por hacer cosas y más cosas, sino dejarse hacer. “Hágase”, decías cada día, y te crecía dentro el gozo y la paz.
Enséñanos a descansar, porque tantas idas y venidas no nos dejan ni vivir ni estar serenos.
Haznos ver el descanso como una oportunidad para gozar más de la vida, para estar con nosotros/as y con los demás, para jugar y reír, para no hacer nada y descubrir de paso lo esencial, lo que se escapa a menudo a nuestra mirada posesiva.
Ayúdanos a encontrar y cultivar el descanso en Dios, el que recrea de noche nuestra fuente.
“Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte y al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura”
(Juan de la Cruz).
Comentarios
Un abrazo
Muchas gracias.
Que Dios le bendiga.
Unidas en oración.Dios la bendiga.
Un abrazo.
Buen día y un beso