Misión
La misión
consiste en "dar carne" al Espíritu Santo. En ese aspecto, María es una figura central
en toda vocación, en toda vida cristiana, puesto que su papel y nuestro papel,
el papel de toda humanidad llamada por
Cristo, es dar carne al Espíritu Santo, dar cuerpo a una palabra de Dios; no
repetir las palabras, no hacer discursos, sino dar carne. Toda vida dominicana,
toda vida cristiana es, pues, apostólica y misionera por naturaleza, sea cual fuere la forma de su misión.
Ser
apostólico, por con siguiente, no es ante todo obrar, hacer, por oposición a
los que no hacen nada, puesto que todo
el mundo hace algo, obra de algún modo,
cada uno a su medida, cada cual según su vocación. Nuestra medida no es la
acción; nuestra medida es la solidez de nuestra relación con Cristo que envía,
mediante la Iglesia, para la renovación del mundo. He ahí nuestra medida:
nuestra docilidad a la acción del Espíritu. Y lo que va a cualificar nuestra
vocación apostólica no son las grandes obras que nosotros diseñamos, sino la calidad
de nuestro ser interior. Nuestras obras
pasan…
Comentarios
Un abrazo.
Gracias por la reflexión. Un abrazo!
Un beso.