Respira en el Espíritu

 

El Espíritu recrea a la persona a partir de las lágrimas, lágrimas de angustia y de amargura, lágrimas de gratitud y de admiración, “lágrimas ascéticas” que se transforman en “lágrimas pneumáticas”, las cuales aportan al hombre energía y, al mismo tiempo, vulnerabilidad, suavidad y ternura, y una infinita capacidad de acogida. Entonces se abre en él la respiración de lo inmenso; su respiración, unida al nombre de Jesús, participa de la Respiración divina que incesantemente anuncia al Verbo. Respira en el Espíritu, respira al Espíritu que sostiene el mundo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias, por este compartir no es fácil respirar al Espíritu santo pero tampoco difícil que EL nos conceda su gracia, gracias

Entradas populares