2º domingo de cuaresma

"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre..."

Leemos en este segundo de cuaresma y refleja muy bien lo que debe ser nuestra vida. Un constante a salir, "sal de tu tierra", salir de donde estamos y de cómo somos para poder llegar a ese otro lugar que Dios nos ha preparado con infinito amor a cada uno. 

Salir de la "tierra" de nuestros criterios, ideas, pensamientos, comodidades...dejar cosas de la "tierra" que no nos ayudan en nuestro peregrinaje hacia el cielo que es la tierra, el lugar que Dios nos tiene preparado. 

Pero esto no basta. Se nos manda también salir de la "casa paterna" y eso es salir de todo ese mundo de los afectos, de ese  aferrarnos a personas, de ese esclavizarnos al que dirán de nosotros, de estar continuamente mendigando amor y reconocimiento, como si Dios no nos bastara. El "solo Dios basta" de la santa de Avila, es muy bonito de decir y difícil de vivir, pero hay que creer, creer a pesar de las contrariedades de la vida, y este es un gran reto diario. 

Salir de la "casa de tu padre", de esa casa de los afectos que es cobijo, y vivir a la intemperie siguiendo a un Dios que muchas veces se oculta no es tarea agradable, por eso hay que fiarse plenamente de El, sabiendo que nos llevará a esa tierra nueva donde habitará la justicia. Esa tierra en la que seremos transfigurados como el Señor Jesús nos narra en el Evangelio de hoy.

Santa cuaresma.