Escucha y silencio
No escuchamos sólo con nuestro oído. Nuestro cuerpo también escucha. Por eso la Palabra, cuando encuentra un cuerpo abierto, se extiende por él. Y así el silencio crea resonancia de la Palabra.
Después de hacer silencio se escucha mejor. El silencio es un vacío que se hace Presencia en plenitud.
No se puede cantar con la boca llena. Es necesaria la capacidad de escucha.
El oído no selecciona. El oído se entera de todo. Del canto del pájaro y del silbido del viento.
El silencio es necesario para seleccionar las palabras y para poder decir lo que el salmista. Oigo en mi corazón una voz.
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