Tu voluntad

Toda la vida, día día, puede ser vivida bajo el signo de estas palabras: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad". Por la mañana, al iniciar una nueva jornada, al asistir a una cita, al iniciar un nuevo trabajo: "Aquí estoy, oh, Dios, para hacer tu voluntad" Nosotros no sabemos lo que aquel día, aquel encuentro, aquel trabajo, nos reservará; solamente sabemos una cosa con certeza: queremos hacer la voluntad de Dios. Nosotros no sabemos qué nos reserva nuestro futuro a cada uno de nosotros; pero es hermoso ponernos en camino hacia él con estas palabras en los labios: "Aquí estoy, oh, Dios, para hacer tu voluntad".

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ojalá pudiera siempre decirlo con la misma intensidad y alegría en el corazón. Muchas veces lo hago a regañadientes....Uffff
Un abrazo, amiga.
;O)
Theo ha dicho que…
Hola. Y decirlo cada día con más hambre y ganas, especialmente cuando sale algo nuevo a lo largo del día.Gracias.

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